Ficha de Noiz

A diferencia de la mayor parte de los miembros de la casa principal de los Hohenzollern, Neil nació por la unión de una mujer humana y su padre, el segundo cabecilla de la familia de vampiros. Fue por ese motivo que el niño, de una forma u otra, siempre fue despreciado por sus primos y hermanos, quienes le veían como un "ser impuro" y que merecía estar en alguna de las ramas secundarias. Esto contribuyó a que el niño comenzara a volverse algo cerrado, y que evitara pasar mucho tiempo con sus iguales.

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Sin embargo, todo cambió cuando conoció por primera vez a sus primas: Louise y Maria. Era la primera ocasión en la que ellas viajaban a Alemania para visitar a su padre, quien recientemente se había divorciado de Kalifa. Aunque al inicio Neil no les hablaba, llegó el día en el que sin querer se topó con Louise. Si bien el se mostró arisco con ella en un intento por apartarla y evitar que se burlara de él, la niña no mostraba signos de rechazo alguno hacia su persona. De hecho, le invitó a jugar, aunque por culpa de los nervios Neil salió corriendo.

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Aún así, Louise no se dio por vencida, y durante varios días siguió a su primo, intentando imitarlo en casi todo lo que hacía -de allí a que la rubia sea algo... masculina-. Llegó un punto en el que Neil comenzó a hablarle sin darse cuenta, y para antes de que sus primas regresaran a América, él y Louise se habían vuelto bastante cercanos.

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Desde entonces, el niño se la pasaba contando los días que faltaban para volver a ver a sus primas, en especial a Louise. Poco a poco el sentimiento fraternal que sentía hacia ella fue creciendo hasta convertirse en algo más, y, un día en el que ellos dos se encontraban jugando, él le dijo que cuando fueran grandes se casarían. Aquello dejó desconcertada a la pequeña, quien entre risas aceptó su propuesta, pensando que era parte del juego, cuando en realidad Neil lo decía en serio. Lo único que el niño quería era pasar el resto de su vida junto a ella.

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Sin embargo, cuando los del Uróboros atacaron la mansión, él se vio obligado a escapar junto con algunos de sus familiares, sirvientes y sus primas. Durante la huida, Louise se perdió, y aún cuando él intentó regresar para buscarla, su tío se lo impidió, diciendo que él iría por ella. En contra de su voluntad, Neil tuvo que obedecer y llegar al refugio con los demás. Pasó horas esperando a tener una noticia de la menor, pero nunca ocurrió nada. Ni ella ni su tío regresaron al refugio, y llegó un punto en el que Maria, su prima mayor, decidió salir a buscarlos -nuevamente, a él se lo impidieron-.

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No vio a Louise hasta la noche. Tuvieron que refugiarse en otra de las mansiones de la familia, la cual se encontraba más apartada del resto de la sociedad. Neil notó que su prima estaba bastante distante, y casi de inmediato notó una extraña barrera que los distanciaba. Ese día supo que nada volvería a ser como antes, y maldijo enormemente a los cazadores por haber hecho que Louise cambiara de esa forma.

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Desde entonces, Neil cambió mucho su forma de ser. Ahora lo único que le importaba era estar con Louise, aunque ella no lo quisiera y negara su compromiso. Constantemente la iba a visitar a Pensilvania o a Canadá -una vez que ella se mudó para allá-, sin embargo luego tenía que regresar para arreglar los asuntos pendientes en la familia Hohenzollern, ya que ahora él era el tercero al mando.

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Tan pronto como se enteró de que la Academia de las Tepes ahora iba a ser disponible para hombres también, no dudó ni dos veces en ingresar a esta, ya que eso significaría que podría estar de nuevo con Louise... y además, no dejaría que nadie se atreviera a acercarse a ella.