Ficha de Louise

Spoiler:

Louise nació allá por el año de 1822, siendo la segunda hija entre el matrimonio arreglado de Kalifa Tepes y Joseph Hohenzollern para preservar el linaje Pura Sangre entre los vampiros. Desde pequeña, Louise sintió el rechazo de su madre hacia ella y su hermana, puesto que sólo las había concebido para mantener su "estatus social". Aún así, la niña fue muy apegada a su abuela materna y a su padre.

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Décadas después, Joseph y Kalifa decidieron divorciarse, lo que ocasionó que él tuviera que regresar a su natal Alemania para cumplir sus labores como cabecilla de la familia Hohenzollern. Durante cierto tiempo, Louise y su hermana visitaban a su padre, quien adoraba a sus hijas por sobre todas las cosas. Sin embargo, durante una de sus tantas estadías en Alemania se desató la Primera Guerra Mundial, por lo que tanto a ella como a Maria se les impidió el regreso a Estados Unidos. Tuvieron que quedarse en la mansión de la familia, evitando salir solas ya que los miembros del Uróboros andaban cerca de allí.

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Fue en ese tiempo que Louise conoció a su primo Neil Hohenzollern, quien se convirtió pronto en su mejor amigo y confidente. Al ser prácticamente unos niños todavía (puesto que pese a tener más de 90 años aún tenían la apariencia de unos niños de 13), Neil le prometió que una vez que fueran grandes se casarían y formarían una familia. Louise, pensando que aquello era una simple broma aceptó, sin saber que el otro iba enserio.

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Justo cuando la Guerra estaba terminando y los Aliados venciendo sobre los Países Centrales, un grupo de militares alemanes, junto con miembros del Uróboros irrumpieron en la mansión Hohenzollern. Durante el ajetreo, Louise se separó de su hermana y de sus primos debido al miedo que le producían las llamas. Se perdió entre los pasillos, topándose en su camino con un caza vampiros, quien no dudó ni dos veces en intentar matarla. La niña, queriendo escapar, fue herida en la espalda, y antes de que el otro la asesinara, su padre la rescató. Logró llevarla a un lugar más seguro, y antes de irse le hizo prometer que se quedaría allí hasta que él regresara.

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Louise estuvo horas esperando a que su padre apareciera, pero él nunca lo hizo. Intentó salir a buscarlo, pero las llamas pronto rodearon la habitación donde ella estaba, dejándola sin escapatoria (además de que ella estaba herida y no tenía una fuente de sangre para curarse). Sin más, decidió dormirse allí, mientras que la mansión se consumía.

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Cuando despertó, llena de hollín y con la ropa sucia y quemada, sólo pudo ver a su alrededor los cimientos de la casa. La neblina impedía que el sol lastimara su piel, por lo que la niña pudo andar por todo el lugar tranquila. Llamó a gritos a su hermana y a su padre, pero no hubo respuesta alguna. Mientras que caminaba, Louise notó algo extraño que se encontraba debajo de algunas maderas. Al acercarse, pudo identificar el cuerpo calcinado de su padre gracias a su ropa.

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Aterrada, la niña se alejó del lugar y se internó en el bosque, perdiéndose de inmediato. Debido a la falta de sangre y el cansancio, terminó desmayándose, hasta que un cazador la encontró. Cuando el hombre la despertó, la niña no pudo controlar sus instintos y se abalanzó contra el cuello de él, bebiendo de su sangre hasta matarlo. Aquel hecho le dejó un trauma a la niña, puesto que era la primera vez que mataba a un ser humano, y pese a ser una vampiresa, aquella escena se le hacía grotesca.

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Su hermana logró encontrarla poco después al seguir el rastro de su aroma. Louise pronto se enteraría de que ellas dos, junto con tres de sus primos, fueron los únicos sobrevivientes a la masacre.

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Poco después de aquello, ambas regresaron a Pensilvania. Por esa época su abuela había decidido morir de una vez por todas, lo cual afectó mucho a Louise, ya que ella era una de las personas a las que más quería en el mundo, y ya había perdido a su padre. Una vez que alcanzó la apariencia necesaria para asistir a la Academia de su familia, su hermana le pidió que se inscribiera, pese a que Louise se negaba rotundamente (aún sigue sin saber cómo es que la mayor logró convencerla). Cuando terminó de cursar los tres años, decidió que era hora de "abandonar el nido" y decidió vivir por su propia cuenta.

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Se mudó a Yellowknife, Canadá, donde vivió los siguientes años de su vida hasta la actualidad. Fue entonces que Maria le pidió que regresara a casa ya que su madre había hecho algo que realmente las había sorprendido a ambas: decidió hacer a la Academia una escuela mixta, pero además de eso, permitió la entrada de humanos. Confundida por la decisión de su madre, Louise regresó a Pensilvania. Al llegar, Kalifa le pidió que volviera a tomar las clases para ayudar a las alumnas a "adaptarse al cambio", y pese a que no le agradaba del todo la idea, aceptó.